MÉXICO DESPERDICIA A LOS JÓVENES

10/08/2011 - 12:00 am

México enfrenta una transición demográfica desde 1970 en donde la población en edad de trabajar ha ido aumentando en relación de la dependiente (niños y adultos mayores) y, por tanto, el potencial productivo de la economía es mayor. Esta situación implica una “ventana de oportunidad demográfica” única, que también es conocida como “bono demográfico”.

En 1970, la tasa de dependencia era de aproximadamente 1.1; es decir, había 1.1 personas inactivas por cada persona activa. En cambio, en 2000 la relación fue de sólo 0.7 y, de acuerdo con las proyecciones existentes, seguirá reduciéndose hasta 0.6 hacia 2020, cuando se registrará la menor tasa de dependencia de la historia moderna del país.

Esto debería representar un beneficio único para México, en donde su población es capaz de trabajar, producir, ahorrar, invertir, etcétera, con oportunidad de aumentar el Producto Interno Bruto (PIB) en el país y lograr una economía elevada en relación con años anteriores.

Sin embargo para lograr este crecimiento se necesitan contemplar otros factores como son las políticas económicas efectivas, el mejoramiento de condiciones sociales y entorno, además generar empleos y ofrecer bienes y servicios de acuerdo a las necesidades de la población económicamente activa.

 

La educación y el empleo en México
Pero la experiencia y las cifras de la última década nos dicen que las políticas públicas implementadas por las administraciones federales no han podido conciliar, incluso, uno de los meollos del problema: la relación entre educación y empleo.

Al respecto, el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) informó que, al cierre de 2010, se registraron más de 30 millones de personas en condiciones de analfabetismo y con rezago educativo en México, con lo que alrededor de 7 millones son jóvenes se convierten en un “serio bono demográfico”.

El panorama de los jóvenes no es el más alentador: el desempleo juvenil prácticamente se duplicó en la última década, pasando de 5.3 a 10.3%; 6 de cada 10 jóvenes no estudian la preparatoria ni la universidad; hay 15 millones de jóvenes de entre 12 y 29 años en situación de pobreza; hay más de 7 millones de “ninis”, que ni estudian ni trabajan, mientras que hay un aumento alarmante del analfabetismo funcional: 7 de cada 10 jóvenes de secundaria no cumplen con los objetivos fijados en los planes de estudio, según datos del INEA.

Estos datos ubican a México en un serio conflicto: mientras tiene una gran cantidad de jóvenes que podrían detonar con fuerza el desarrollo de su economía, no está generando las mejores condiciones para que esa generación tenga la preparación adecuada para hacerle frente a los desafíos del mercado laboral. Es decir, se tiene la fuerza de trabajo pero no con el conocimiento y el profesionalismo necesarios para tener mayor productividad y una economía competitiva.

Además, según la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), desde hace 15 años México tiene un déficit de casi siete millones de plazas laborales, lo que provoca que el estancamiento de la productividad sea aún más profundo.

 

Características educativas de la población: porcentaje de la población de cinco y más años que asiste a la escuela por grupos de edad y sexo, 1970 a 2010.

Como se observa en la tabla, sólo 30% de la población en México asiste a la escuela. Del 96% que cursa la primaria, el porcentaje se diluye hasta el 22% de estudiantes entre 20 y 24 años, y el 6.1% de 25 29 años. Esto significa que la mayoría de jóvenes que inician una educación no terminan una carrera, con lo que se aumenta el subempleo y desempleo en México.

Entre los problemas por los cuales los estudiantes no se gradúan están los pocos espacios en las universidades. Un ejemplo de ello es la demanda en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM):

 

UNAM: Demanda e ingreso a la licenciatura 2000- 2011

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De la población total de licenciaturas en la UNAM, un alto porcentaje se encuentran estudiando ciencias sociales y biológicas, y poca población estudia físico matemáticas, ingenierías, humanidades y artes, ciencias fundamentales para el crecimiento de la sociedad y el aprovechamiento del bono.

 

UNAM: Población escolar de  licenciatura 

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De los que logran ingresar a la licenciatura, arriba de 50% se gradúa, dejando otro sector estudiantil rezagado.

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Poco más de 50% de los egresados son mujeres, pero no existen empleos suficientes para ellas, dejando a más de la mitad desempleadas, como veremos más adelante.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), a nivel nacional sólo 30% de los egresados encuentra empleo en el primer año, de los cuales sólo 30% se desenvuelve en actividades relacionadas con sus estudios. Siete de cada 10 jóvenes entre 15 y 24 años migran al mercado mundial en búsqueda de mejores oportunidades, lo que genera un costo al país por los recursos invertidos en su educación y el perder población productiva en la sociedad mexicana.

Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (con cifras al cierre de septiembre de 2010) existen cerca de 2 millones 650 mil personas desempleadas, mientras que en el lapso de referencia se crearon 620 mil 237 plazas laborales, con lo cual se tiene un déficit de 2 millones 030 mil 737 de empleos.

Esto no sólo genera la pérdida del bono demográfico. De acuerdo con la empresa Consultores Internacionales SC también pone en riesgo las finanzas públicas del país, debido al fenómeno de envejecimiento poblacional que tendrá lugar en los años posteriores, lo que requerirá que gran parte de los recursos públicos sean canalizados a programas sociales, especialmente a fondos de pensiones. Se calcula que para 2044, 40% de la población total en México será mayor de 64 años.

En dicho análisis también se plantea que la relación de la población no dependiente respecto de la dependiente registrará en 2019 su cifra máxima, fecha a partir de la cual dicho indicador comenzará a declinar. Por ello es que, advierte, hay una urgencia real de tomar acciones en la materia.

 

Ley general de población
En 1974 se promulgó la Ley General de Población para los Estados Unidos Mexicanos, la cual debe cumplir medidas necesarias para lograr un crecimiento económico generando una política de población y acciones que respondan a las nuevas condiciones del país; sin embargo, sus deficiencias han logrado que el “bono demográfico” sea casi nulo en la economía mexicana.

Una muestra de esto es el Artículo 3º de esta ley, del cuál se expondrán algunos puntos y sus problemas:

Artículo 3o.- Para los fines de esta Ley, la Secretaría de Gobernación dictará y ejecutará o en su caso promoverá ante las dependencias competentes o entidades correspondientes, las medidas necesarias para:

I.- Adecuar los programas de desarrollo económico y social a las necesidades que planteen el volumen, estructura, dinámica y distribución de la población . La mayor institución encargada del desarrollo económico y social en este momento es el Consejo Mexicano para el Desarrollo Económico y Social (COMDES) , una organización privada e independiente que tiene programas a largo plazo y no ha entregado resultados palpables.

(…) III.- Disminuir la mortalidad. Punto fallido para el gobierno federal, al no garantizar la seguridad de los ciudadanos, sobre todo a los jóvenes económicamente activos, ya que los homicidios hacia éste sector han aumentado considerablemente.

 

Homicidios por grupos de edad y sexo, 1990 a 2009

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IV.- Influir en la dinámica de la población a través de los sistemas educativos, de salud pública, de capacitación profesional y técnica, y de protección a la infancia, y obtener la participación de la colectividad en la solución de los problemas que la afecta. La participación ciudadana ha venido decreciendo en los últimos años en México, como muestra, la participación en las elecciones al estado de México, en donde el 56. 7 % se abstuvo de votar.

V.- Promover la plena integración de la mujer al proceso económico, educativo, social y cultural. Menos del 50% de las mujeres mexicanas participan económicamente.

Como se aprecia en las cifras, todos estos factores contribuyen a fomentar desempleo o subempleo, delincuencia y migración, al no cubrir una política económica y social apta para el surgimiento de dicho bono demográfico. A esto se le suma el envejecimiento poblacional posterior, el cual dañaría la economía mexicana al destinar recursos a diferentes programas sociales. De esta forma, el “bono poblacional” crearía mayores conflictos que beneficios al país, a no ser que todos los puntos anteriores se tomen en cuenta.

Hace apenas unos días, el rector de la UNAM, José Narro Robles, advirtió que si los gobiernos no invierten en las actuales generaciones, entre 2025 y 2030 en México se esfumará el bono demográfico y, por ello, urgió abrir “la Caja de Pandora” para enfrentar el reto e implementar nuevos modelos económicos y combatir diversos males, como las condiciones de inseguridad y la pobreza que ha aumentado aceleradamente en el país.

Y es que, como ya se ha analizado, a pesar de que México vive desde hace años una transición demográfica y que especialistas y demógrafos la ven como una oportunidad de abrir mayores oportunidades de desarrollo, esto no ha sucedido por la falta de inversión en la juventud y en la educación, además de no generar empleos estables y con prestaciones.

El saldo es que, según las tendencias económicas, México tiene ahora índices de dependencia, sin ahorro ni la capacidad suficiente para atender ese desafío.

El mismo rector Narro alertó sobre el tema: “Desde hace varios años, el índice de dependencia en México ha disminuido y, a partir de 2018 o 2020, ese indicador va a alcanzar su punto más bajo y “vamos a empezar a perderlo”.

El bono demográfico en México, alerta Narro, “puede volverse un pagaré”. Y es que, las proyecciones van al grano: Quienes hoy tienen entre 15 y 25 años pagarán las consecuencias en las próximas décadas.

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